La Corte Suprema de Justicia ratificó la posibilidad de embargar animales. La anterior afirmación, se dio en el marco de una acción de tutela presentada luego que dentro de un proceso de divorcio, un juzgado de familia decretó el embargo y secuestro de dos perros –Romeo y Salvador-.
La propietaria, interpuso una tutela alegando que los perros eran seres sintientes con los que su hijo había desarrollado un lazo de fraternidad, que eran parte de su núcleo familiar y no eran bienes muebles materiales. Sin embargo, la Corte negó la tutela. El Magistrado Aroldo Wilson Quiroz salvó el voto alegando el concepto de familia multi-especie, donde mencionó que los animales cada vez, son más parte de las familias.