La Corte Suprema de Justicia, en Sentencia STC9222-2023, ha establecido que es viable la preparación de testigos antes y durante el proceso judicial, con el propósito de evaluar la relevancia del testimonio en relación con el asunto en cuestión, así como para familiarizar al testigo con el entorno de una audiencia judicial.
En este contexto, la Corte ha definido dos fases en la preparación de testigos: Al comienzo del litigio, cuando se busca determinar si el testimonio será una prueba efectiva para respaldar los hechos en disputa y previo a la audiencia, con el fin de orientar al testigo respecto al escenario judicial y los procedimientos legales.
Adicionalmente, la Corte Suprema ha tenido en consideración los estándares internacionales aplicables a la preparación de testigos, reconociendo que ésta práctica tiene como objetivo principal asegurar que el testimonio se presente de manera precisa, sin distorsionar la narrativa ni ocultar información relevante.
La preparación de testigos se revela como una herramienta fundamental en la preparación de casos legales, ya que no solo ayuda a evaluar la utilidad del testimonio en relación con el tema en disputa, sino que también familiariza al testigo con el proceso de una audiencia judicial. La posición reciente de la Corte refuerza la idea de que la preparación de testigos no es simplemente un derecho de las partes y sus representantes legales, sino un deber que garantiza la veracidad de la evidencia presentada.