Si alguna vez se ha preguntado qué puede hacer frente a situaciones incómodas propiciadas por sus vecinos, como ruidos fuertes, fiestas con música a todo volumen, tenga en cuenta que existen tres normas principales que regulan la convivencia en los conjuntos residenciales:
- Ley 675 de 2001 (Ley de Propiedad Horizontal),
- Ley 1801 de 2016 (Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana), y
- Ley 2450 de 2025, conocida como la Ley Antiruido.
Estas leyes establecen las reglas básicas para una buena relación entre propietarios, arrendatarios, administradores y personal del conjunto. Cuando un residente se siente afectado por el comportamiento de otro, el primer paso es presentar una queja ante la administración del conjunto. Esta puede invitar al vecino problemático a corregir su conducta o convocar al comité de convivencia para buscar una solución pacífica y rápida.
Si el inconveniente continúa —por ejemplo, en casos de ruido constante—, el siguiente paso es presentar una querella ante la alcaldía local. Con apoyo de la Policía del cuadrante, las autoridades pueden ordenar medidas para detener el ruido e incluso imponer sanciones económicas que van desde los $2,8 millones hasta los $22 millones.
En definitiva, las normas de convivencia buscan garantizar el bienestar y la tranquilidad de todos los residentes. Respetarlas no solo evita conflictos y sanciones, sino que contribuye a mantener entornos más armónicos y seguros para la comunidad.